El ritmo. ¿Algo innato o aprendido?
Imagino  que tú al igual que como
 mucha otra  gente, os habrá  ocurrido el caso de toparos ante niños que
 son talentosos con la música; niños que agarran un tambor y lo hacen 
sonar con un sentido sorprendente, casi profesionalmente.
 
Siempre me he preguntado cómo es posible que puedan tener un sentido del
 ritmo tan desarrollado; ¿ha nacido con ese don?, ¿acaso ha habido 
alguien que se ha dedicado a sentarse horas con él para que lo 
aprendiese?...como es posible que toque tan bien ese chiquillo; ¿es que 
lo lleva en la sangre?....
Hay una canción muy significativa de la “Niña Pastori” que dice así: 
… Que has hecho conmigo mare,
que ma metio entre las venas….
….mientras que tú mare canta, tu hermano toca el cajón…
… de aquí palla se mueve en la cuna
de aquí palla como flor de Luna
de aquí palla se mueve en la cuna
y al compás como tú ninguna.
Escuela de casas viejas
escuela de candela,
a ver que dice tu gente
cuando te escuche cantar,
con tó lo que has aprendido
sin nadie enseñarte na.
De aquí palla se mueve en la cuna
de aquí palla como flor de Luna,
de aquí palla se mueve en la cuna
y al compás como tú ninguna.
que ma metio entre las venas….
….mientras que tú mare canta, tu hermano toca el cajón…
… de aquí palla se mueve en la cuna
de aquí palla como flor de Luna
de aquí palla se mueve en la cuna
y al compás como tú ninguna.
Escuela de casas viejas
escuela de candela,
a ver que dice tu gente
cuando te escuche cantar,
con tó lo que has aprendido
sin nadie enseñarte na.
De aquí palla se mueve en la cuna
de aquí palla como flor de Luna,
de aquí palla se mueve en la cuna
y al compás como tú ninguna.
Una letra reveladora donde las haya…; 
Juan MotosLo
 cierto es que la respuesta no es tan sencilla ya que son muchos 
aspectos los que influyen en el sentido del ritmo de una persona. La 
educación, los valores, las celebraciones, los ritos y costumbres y la 
forma de manifestarlos…; si nos paramos a reflexionar y analizamos una 
cosa tan habitual, que a la vez es muy influyente, como es la forma de 
exteriorizar las celebraciones, nos daremos cuenta que de manera muy 
natural son estas cosas las que se van quedando impresas en la mente de 
los niños y posteriormente gobernarán sus futuras inclinaciones 
personales...
En el caso del ritmo, no sé a ciencia cierta si se posee de forma 
innata o no, existen pruebas tanto de que sí se nace con él como de que 
no; pero sí es cierto que existe una predisposición innata a ser más o 
menos rítmico, es decir, hay personas más rítmicas que otras igual que 
hay personas más hábiles que otras. De lo que se trata es que si 
confluyen niños rítmicos con un ambiente de culto al ritmo y a la 
música, entonces tendremos un futuro percusionista.
 
Hagamos un modesto experimento comparativo y tomemos por ejemplo a dos 
niños madrileños de 5 años con todos sus sentidos abiertos a la 
estimulación exterior que van a asistir a la boda de unos familiares.
Uno de los niño asiste junto con sus padres al banquete de boda de un tío suyo en un gran restaurante en el que toda la celebración circula en torno a una gran cena, posteriormente una fiesta con música grabada o una actuación contratada del gusto de las familias para que todos bailen. La forma de manifestar la alegría radica básicamente en el culto a una buena comida y al hecho de crear una atmosfera agradable con expresiones de cariño entre los miembros de la familia. En cierto modo el niño aprende a valorar y a asociar que las grandes conmemoraciones se exteriorizan a través de grandes banquetes y a asociar el baile como manifestación de felicidad.
 
Uno de los niño asiste junto con sus padres al banquete de boda de un tío suyo en un gran restaurante en el que toda la celebración circula en torno a una gran cena, posteriormente una fiesta con música grabada o una actuación contratada del gusto de las familias para que todos bailen. La forma de manifestar la alegría radica básicamente en el culto a una buena comida y al hecho de crear una atmosfera agradable con expresiones de cariño entre los miembros de la familia. En cierto modo el niño aprende a valorar y a asociar que las grandes conmemoraciones se exteriorizan a través de grandes banquetes y a asociar el baile como manifestación de felicidad.
El otro niño que tomamos como ejemplo es el de un gitano madrileño de 
cinco años que va a la boda de su hermana en un gran salón de bodas de 
las afueras de la capital madrileña. En la boda se encontrará con  un 
gentío enorme que puede superar fácilmente lel medio millar de personas 
entre familiares cercanos, lejanos, amigos de la familia del novio y de 
la novia. La boda, como todas, sigue los pasos tradicionales de una boda
 gitana: banquete, casamiento y fiesta (a diferencia de una no gitana en
 la que los pasos son diferentes: casamiento, banquete y fiesta). La 
gran diferencia, en contraste con otras bodas, es que además de que 
pueda haber música grabada o un grupo contratado, la música que se 
ejecute al igual que los músicos que se encargan de animar la fiesta son
 ellos mismos, la propia familia participa con instrumentos, cantes, 
bailes… y el niño descubre el valor de esta hecha por uno mismo, se 
impregna de los ritmos, cantes, bailes que ve hacer a sus familiares de 
manera que forma parte natural de la vida de sus allegados. Esto provoca
 un interés que puede traducirse en que valore el gusto por la ella y 
por aproximarse  para aprender algo y empezar a interpretarla.
 
La conclusión a la que llegamos es que en el caso del niño gitano es 
que de forma involuntaria adquiere ciertas habilidades rítmicas que 
desde luego si el día de mañana las desarrolla más profesionalmente 
puede ser que sea su trabajo. Esto mismo ocurre con el cante y el baile 
ya que son manifestaciones culturales del gitano.
 
En el caso del niño que no es gitano no es tan sencillo ya que para que 
se despierte una inquietud hacia el ritmo tiene que ser porque algo o 
alguien en su entorno se lo inculque sino será una opción que tomará de 
más adulto. Es por esto que en las aulas de enseñanza flamenca se  ven 
llenas de adultos y jóvenes no gitanos y si hay adolescentes o niños 
suelen ser gitanos.
Sin embargo dado el nivel de profesionalización que ha alcanzado el 
flamenco y en concreto la percusión, al final todos tienen que estudiar 
porque solo con lo que se aprende culturalmente no es suficiente y en el
 caso de los que no lo han vivido desde pequeño, con estudiar no es 
suficiente, también hay que vivenciarlo para asimilarlo de manera más 
natural. Es como si se tratara las prácticas de cada estudio formativo, 
es decir, la mayoría de los gitanos que estudian flamenco vienen con las
 prácticas hechas y les falta la teoría; en el caso de los demás tienen 
que pasar primero por la teoría y luego por la práctica con lo cual 
están en una considerable desventaja.
El sentido del ritmo puede o no ser innato pero si no se desarrolla 
no sirve para nada y en el caso de no ser innato se puede desarrollar; 
hay personas más rítmicas que otras, personas que de forma natural y 
cultural tiene un nivel rítmico muy bueno; sin embargo he visto muchas 
veces como personas que no lo eran, a base de estudio, esfuerzo y tesón 
han conseguido adquirir un sentido rítmico que han llegado a superar al 
primero y además han hecho de esto su profesión.
http://www.todocajon.com/content/el-ritmo-algo-innato-o-aprendido 
 
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