jueves, 24 de noviembre de 2011

Tino di Geraldo, un percusionista de referencia.

UN PERCUSIONISTA DE REFERENCIA
"A veces me han llamado para meter
una percusión y he dicho que no"
Silvia Calado Olivo. Madrid, octubre de 2003

Tino di Geraldo ha tenido, junto a Rubem Dantas y a José Antonio Galicia, papel protagonista en el desarrollo de la percusión flamenca...
Me ha tocado.
Cuéntanos cómo llegaste a este mundillo.
 

Tino di Geraldo y Carles Benavent (Foto: Daniel Muñoz)
 
Cuando empecé no era consciente de esto. Yo era un tío que llega a Madrid y se busca la vida. Conoces a uno que tiene un grupo de lo que sea, te apuntas porque te cae bien, no tienes un duro y tocas. Y conoces a otro y a otro y, de casualidad, a Diego Carrasco en un estudio y han llamado a un percusionista y era muy malo y lo han echado y aparezco por ahí. De repente, estoy metido en el flamenco, estoy grabando unas bulerías y yo en mi vida había tocado flamenco. Me gustó siempre la guitarra, pero había escuchado el flamenco muy por encima, como lo puede escuchar la mayoría de la gente, sin conocimiento y, por supuesto, nunca había tocado. Empecé tocando escuchando Led Zeppelin, Pink Floyd, James Brown... Vamos, que era más bien blanco y muy payo. Y por la música, por el buscarte la vida, por casualidad, estás en un estudio grabando bulerías, pero lo mismo que estarías grabando una sardana, es una circunstancia. Por lo que sea, te siguen llamando... Y a partir de ahí grabé con Manolo Sanlúcar. De hecho, la primera vez que toqué un cajón en mi vida fue grabando un tema de 'Tauromagia'. Y se lo encargó a un carpintero de Sanlúcar. "Aporrea ahí, ahí mismo, eso es bonito". Sólo pensaba que era de puta madre que esta gente me llamara. Y encima me pagaran. Así vas tirando hasta hoy.

Haciendo análisis, ¿cómo crees que ha ido evolucionando en estos años el papel que juega la percusión en la música flamenca?
No sé. Va en dos direcciones, hacia detrás y hacia delante. El flamenco es muy complicado. La percusión siempre estuvo en el flamenco de una forma o de otra. Es, simplemente, una cuestión de colores. Se descubre un color nuevo y parece que se ha descubierto el copón, pero sólo es un tono más. El cajón sigue siendo nuevo para muchos músicos. Yo estoy por ahí tocando y me preguntan: "¿Eso que es?". Y, sin embargo, en flamenco muchas veces es: "Otra vez, no". Son como caprichos, pero al final lo que importa es el soniquete, el compás. Y eso lo puedes hacer con un cajón, con una mesa, con unas palmas, con la cabeza contra la pared, con lo que sea. No es el instrumento, es el músico. A partir de ahí pasa lo que pasa, que ya se va en dirección contraria y en vez de ayudar... La percusión se supone que es una ayuda y un soporte, pero nunca tiene que ser lo contrario. Y muchas veces se recarga demasiado sin sentido. Y lo que se hace es estropear cuando no hace falta. También es el efecto del juguete nuevo del niño y abusas de él al principio, hasta que te das cuenta y ya lo pones en su sitio.

Las Manos de Tino di Geraldo (Foto: Daniel Muñoz)
 
   
¿No parece que el instrumento está un poco desprestigiado, que cualquiera se sienta a tocarlo?
Eso es lo que parece, que cualquiera lo coje y cualquiera lo toca pero ¿a quién llaman para tocar Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo, Cañizares, los cantaores o productores como Isidro Muñoz? Es lo mismo que con los guitarristas. Hay trescientos mil que tocan que se te va la olla pero, a la hora de grabar, sólo hay dos. "El Dieguito no está, está en Tokio, me cago en la puta". La prueba está ahí. Y eso es de puta madre. Que haya mucha gente que toque y que toque bien, hace que el nivel suba, la media se dispara para arriba. Y la percusión, ya sabes la historia. Paco de Lucía en Perú se trajo a Rubem Dantas con el cajón... Y yo llego un poco después. José Antonio Galicia, que en paz descanse, ya había grabado baterías.

¿Coincides con José Antonio Galicia en lo del menos es más?
De hecho, a veces me han llamado para meter una percusión y he dicho que no, que estaba bien así, que para qué. Hay un montón de discos que quitarías pistas y reverberaciones... Y la guitarra también, sin tanta nota, sin tanto rollo... Lo demás, el adornito, el lacito, el papel... vale, pero se trata de ir a lo sustancial, a lo que interesa. 

http://www.flamenco-world.com/artists/tino_di_geraldo/etin3.htm

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