jueves, 24 de noviembre de 2011

Tino di Geraldo: a la vanguardia de la producción.

A LA VANGUARDIA DE LA PRODUCCIÓN
"La mayor dificultad de producir es convencer, al mismo tiempo, a la parte artística y a la comercial"
Silvia Calado Olivo. Madrid, octubre de 2003


Tino di Geraldo (Foto: Daniel Muñoz)
 
   
¿Cómo abordas el trabajo de producción?
A mí me gusta mucho ese apartado. Es difícil porque siendo productor estás tratando directamente con el comercio, estás entre lo artístico y lo puramente comercial, tienes que dar la cara por los dos sitios y convencer a los dos sitios. Y, por muy bien que lo hagas, si eso un día no se ve en los números, siempre vas a ser una mierda, nunca vas a tener caché. Puedes hacer muchos discos, que nunca pase nada con ninguno y si produces a un artista es porque a él le da la gana. Pero para que te llame una compañía, ya es porque hay unos números de por medio... cosa que a mí no me ha pasado todavía. Y me encantaría que me pasara. Es una forma de apostar. Me gustaría dejar de ser currante y que, de vez en cuando, me tocara un paquete gordo para poder hacer más todavía lo que me diera la gana. Y una de las pocas formas de conseguirlo es produciendo porque estás directamente apostando, estás haciendo una quiniela y el mero hecho de poder hacerla es fantástico... Otra cosa es que te toque. 

¿Cuál es el criterio a la hora de seleccionar a quien producir?
Nunca haría un disco de algo que no me gustara o que no me creyera. Bueno, tendría que haber mucho dinero encima de la mesa. Sería puta... pero muy cara. Cosas que ni me interesaban ni me gustaban lo hice al principio para aprender porque lo de producir es un trabajo que requiere, a parte de talento y gusto, conocimiento a varios niveles: técnicos, musicales... Hice unos cuantos discos chungos, pero a drede. Era una oportunidad. Eran discos con mínimo presupuesto y en los que no había ni un duro para mí. Lo hice tres o cuatro veces hasta que dije "ya tengo el diploma, a partir de ahora si hago esto es porque me apetece o me interesa". Desde ese momento, he hecho Tomasito, Elbicho, Diego Carrasco, Jazzpaña, el último disco de Luz Casal... No merece la pena producir si no te interesa y no te apetece, porque es como casarte, como no lo tengas muy claro es horroroso, es una auténtica pesadilla. 

¿Imprimes un sello a las producciones que realizas?
Yo creo que sí hay un sello Tino, aunque no sea el más indicado para decirlo. En algunas, la mitad de lo que suena lo he tocado yo. Ahí es fácil notar mi sello, soy más yo. Pero otras cosas como esto de Elbicho no he tocado nada, pero lo he manipulado todo con la técnica que tenemos a nuestro alcance. Puede ser que se note. Cada uno tiene su forma y es bueno que se te reconozca, aunque lo bueno realmente es que el disco esté bien, que en el disco esté ese grupo y esas canciones y que se oiga lo mejor posible. Se trata de no estropearlo, simplemente. Si lo consigues, ya has ganado el noventa por ciento. Y sacar lo máximo, exprimir... A veces encuentras cosas que no han visto y tienes que sacarlo para afuera. Hay que estar atento a aprovechar más y mejor lo que haya, sea lo que sea. 

¿Cómo están influyendo las nuevas tecnologías en el 'modus operandi' de un productor?
Influye por, primero, la comodidad de que hoy se puede trabajar en casa, cosa que hace años era impensable. Grabar de verdad en tu casa, no maquetas, se puede hacer perfectamente sin tenerla acondicionada. Ya no hace falta estar dos meses en un estudio para grabar. Hoy en día para hacer lo mismo necesitas sólo cuatro días de estudio... y porque en mi casa, por los vecinos, no puedo grabar una batería. Traigo del estudio la batería grabada debajo del brazo y en mi casa la manipulo a mi antojo. También cambian los presupuestos. Desde luego, es la polla trabajar en casa y, sobre todo, estar solo, no tener ni un ingeniero ahí. En un estudio siempre estás diciéndole a uno ponte aquí, dale allí, para ahí. Cuando estás solo no tienes pudor en hacerlo ochenta veces más. Y a cualquier hora. Y tiene sus desventajas, claro, pues a veces las cosas no son tan frescas de tanto darle la vuelta, de tanto editar, de tantas posibilidades que tienes. A veces, por el contrario, grabas una cosita en una toma y ya está. ¿Y para eso me he gastado tanto en un ordenador? Pues sí, joder. 

Por ejemplo, el otro día con Queco venía bien grabar unas palmas que fueran de colchón, que están ahí detrás arropándolo todo. Lo hice en diez minutos con el ordenador. Con diez segundos hice cuatro pistas juntas. Quedó perfecto, como si hubiera veinte palmeros. Si lo que quieres es eso, entonces sí. ¿Para qué vas a estar toda la tarde entera? Y lo coñazo que es eso. "¿Está bien esa palma?" Y los otros allí con los cascos sudando. En ese caso, no merece la pena traerte a cuatro personas, un día entero... lo hago con el ordenador y mi palma. Ahora, si lo que se quiere es, como en el caso de Tomasito, unas palmas por soleá de verdad con respiración y con ole y con todo, me llevo a cinco tíos de Jerez a El Cortijo de Málaga y los pones a gusto de todo. Y, vámonos, a grabar. Con esas tomas, sigo teniendo opción a manipular o a lo que me dé la gana. Y la única forma es lo de siempre, un paisano y dale. 

http://www.flamenco-world.com/artists/tino_di_geraldo/etin4.htm

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